La hija de una sirvienta consiguió hoy la exhumación del cadáver de un conocido aristócrata español para hacer una prueba de paternidad, con la que pretende reclamar una herencia que podría superar los dos millones de euros (2,1 millones de dólares).
Se trata del cuerpo de Leoncio González de Gregorio, esposo de la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Álvarez de Toledo, miembro de una de las familias más aristocráticas de España cuyo linaje se remonta al siglo XV, y conocida en los años 70 como “la Duquesa roja”, por su oposición a la dictadura franquista.
La demandante, Rosario Bermudo Muñoz, de 66 años, sostiene que nació fruto de las relaciones de su madre con el aristócrata, en cuya casa trabajaba como sirvienta, cuando ambos eran jóvenes y vivían en Madrid.
Su nacimiento se produjo cuatro años antes de que González de Gregorio, un conocido jinete a mediados del siglo pasado, se casara en 1955 con la duquesa de Medina Sidonia, su primera esposa.
Rosario Bermudo, según su abogado, Fernando Osuna, afirma ser hija del aristócrata, fallecido en 2008 y padre de tres hijos con la duquesa de Medina Sidonia. La sirvienta, “repudiada y abandonada” a su suerte, según el abogado, contrajo matrimonio en 1956 con otro hombre, con quien tuvo seis hijos y quien reconoció a Rosario como su hija.
Osuna estimó hoy que resulta complicado calcular la cifra de la que podría ser heredera su clienta, al existir en el patrimonio familiar desde obras de arte hasta fincas, “pero creemos que no será menos de dos millones de euros».
La exhumación tuvo lugar este jueves en el cementerio de Quintana Redonda, una pequeña localidad de Soria (norte), por orden judicial con el fin de extraer muestras óseas, realizar pruebas de ADN y dilucidar si es el padre de la demandante.
Según Osuna, este proceso no es agradable para la familia pero recordó que antes de llegar a la exhumación de los restos del esposo de “la Duquesa roja” reclamaron en el Juzgado que se hiciera la prueba de ADN entre los hermanos y su cliente, “pero no han querido».
Sin embargo, uno de los nietos del aristócrata afirmó que su madre y su tío ofrecieron realizarse un análisis de sangre “para evitar justamente tener que desenterrar a mi abuelo y, a pesar de todo, se ha querido seguir adelante con esta situación».