Hijos de Puerto Plata y su historia

Hijos de Puerto Plata y su historia

DIÓGENES MERCADO
Corría el año 1961, y en una noche fresca y hermosa del mes de diciembre, luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo, ocurrido en la noche del 30 de mayo de ese mismo año, y cuando todavía estaba la maquinaria del terror y el temible Servicio de Inteligencia Militar el (SIM), aparato represivo que imponía el miedo con solamente ver los famosos carritos Volkswagen que tanto daño hicieron a la población dominicana.

Era el 18 de diciembre, apenas siete meses de la desaparición del Benefactor y Padre de la Patria, el hombre que con sólo mencionar su nombre, causaba temor, miedo y desconfianza, porque nadie sabía quién era quién y por temor a perder la vida todo era silencio, aunque muchas personas en desafecto a ese régimen, se reunían y hasta conspiraban para hacer desaparecer esa ignominia personificada en la persona de Trujillo.

Esa noche del 18 de diciembre estaban reunidos tres jóvenes en un cabaret llamado «El Brooklyn» en la parte baja de esta ciudad, disfrutando de unos tragos, cuando se les acercó un militar y les dijo: «Aquí parece que no hay hombres, ya que todas las vacas que pertenecían a Trujillo, Petán las está embarcando por La Isabela (Luperón) y nadie dice nada». Los 3 amigos, Luis A. Pelegrín (Güicho), Edgar F. Hart (Goguito) y Antonio Mercado (Aramis) dijeron: «Pero no tenemos armas para nosotros poder actuar», y un sargento de la Marina de Guerra de apellido Mañaná, les entregó un fusil, Goguito tenía una pistola y una granada, y con esto, y una guagua del empresario difusor Don Luis Pelegrín, padre de Güicho, persiguieron dos camiones que iban repletos de hermosas vacas, y en el camino llamado «Las Flores», le bloquearon el paso a un camión. En esta acción también participaron los jóvenes Eddy de la Cruz, Fernando Espignolio y Alberto Infantes. Cuando repartieron las vacas, un campesino no esperó y mató una y la repartió entre el vecindario.

Luego de esta acción, el otro camión cuando se dio cuenta de que algo había pasado, dio marcha atrás y el guardia que iba como acompañante y que fue amordazado, explicó lo sucedido y dieron la voz de alarma a las autoridades así como la descripción de los asaltantes. Luego de esto, los tres últimos que se unieron a Goguito, Güicho y Aramis, o sea, De la Cruz, Espignolio e Infante, desaparecieron y nunca pudieron ser detenidos.

Ya a eso de las 9 a.m. los tres protagonistas principales estaban presos en la fortaleza San Felipe y traducidos al tribunal donde los mandaron a prisión para fines de causa. Era en ese entonces el fiscal, el doctor Luis Señor, y el juez de Instrucción, el señor Rafael Nazer, los abogados que se ofrecieron para la defensa de Goguito Hart. Luis Pelegrín Güicho y Aramis Mercado, fueron los doctores Agustín González y Félix Castillo Plácido (ambos ya fallecidos).

Como este caso causó gran impacto en la ciudad de Puerto Plata, varias personas de distinta posición social salieron a colectar dinero para pagar la fianza impuesta para dejar en libertad a estos nuevos héroes y en vista de que ya estaban cerca las navidades, los tribunales cerrarían y hasta el 10 de enero no había posibilidad de darles la puesta en libertad y luego de cinco días en cautiverio, el día 23, en horas de la tarde, se consiguió la fianza dejándolos libres. Cabe señalar que el señor Don Tuto Villalón, quien había llegado de Puerto Rico el día anterior, hizo el mayor aporte para poder hacer posible este esfuerzo de toda la comunidad.

Este hecho, ocurrido ya hace 46 años, nunca antes había sido publicado, y hoy los ciudadanos Goguito Hart, ex comandante de la Revolución del 24 de Abril, Güicho Pelegrín, humilde trabajador y hombre de bien, se encuentra retirado en su hogar; Aramis Mercado, hombre de negocios y miembro prominente del exclusivo Comité de Amigos de Cuba, y padre de una hermosa familia, radicado en Santo Domingo, son recordados por los hombres y mujeres que aportaron su sudor y ayuda para que ellos y sus hijos pudieran decir con orgullo que el régimen de Trujillo no era de su agrado.

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