Hijos inmigrantes claman por padres

Hijos inmigrantes claman por padres

MIAMI (AFP).- Sesenta hijos de inmigrantes indocumentados llevaron ayer, miércoles, al gobierno estadounidense a los tribunales para evitar que deporte a sus padres, en un emblemático caso que podría determinar el futuro de más de tres millones de menores en todo el país.

“Yo les pido que por favor me dejen a mi mamá aquí porque esa es la única persona que tengo aquí, yo no tengo a mi papá”, dijo antes de quebrarse en llanto Stephanie Escobar, una ciudadana estadounidense de 11 años de edad de madre colombiana, quien es una de las demandantes.

Su mamá, Marta Benavides, tiene una orden de deportación pendiente desde 1992, y reconoció haber tenido que armarse de valor antes de acceder a que su niña demandara al gobierno.

“El temor es grande”, dijo Benavides, “cuando salimos no sabemos si vamos a regresar”.“Unas veces cuando ella llega tarde del trabajo yo me asusto que inmigración la cogió”, sostiene la niña, quien como otros 59 menores demandó al gobierno pidiendo que se paralicen las deportaciones de sus padres.

En posición similar a Stephanie se encuentran más de tres millones de menores en todo el país, según datos del grupo de estudios Centro Hispano Pew, con sede en Washington.

Los niños no son sólo de familias hispanas, sino de todas nacionalidades, dijo Alfonso Oviedo, uno de los abogados de los demandantes.

El gobierno estadounidense “durante mucho tiempo dejó de ejecutar las leyes o las ejecutó de una forma que permitió que estos padres se establecieran en el país, pagaran sus impuestos (…) y en fin hicieran una vida aquí. Ahora los niños tienen una expectativa legítima de mantener su unidad familiar y de la noche a la mañana del gobierno federal quiere venir a deportar a los padres”, dijo Oviedo.

Uno de los casos más emblemáticos del problema es el de Saúl Arellano, un niño estadounidense de siete años de edad cuyo madre mexicana, Elvira Arellano, tiene una orden de deportación pendiente y se encuentra refugiada desde hace casi tres meses en una iglesia de Chicago evadiendo a las autoridades.

El niño visitó la Casa Blanca el martes solicitando una entrevista al presidente George W. Bush para pedirle que “detenga las redadas y las deportaciones” de los indocumentados. Unos 12 millones de inmigrantes sin documentos viven actualmente en Estados Unidos.

Según Michael Feldenkrais, uno de los abogados del equipo que representa a los menores, la intención de sus clientes es que el gobierno paralice las deportaciones hasta que el Congreso determine qué va a hacer con los inmigrantes indocumentados.

Aparte de haberse promulgado este miércoles una ley que permite construir un muro en 1.200 km de la frontera con México, el Congreso no se ha puesto de acuerdo en torno a una reforma de las leyes migratorias norteamericanas.

“Vamos a ver lo que quiere hacer el Congreso, está bien, no hay problema, pero mientras tanto aguanten todo (las deportaciones)”, dijo Feldenkrais.

“Nuestra situación es tan crítica que se trata de buscar alguna tranquilidad”, dijo Víctor Becar, 38 años de edad, peruano y quien entró a Estados Unidos por la frontera con México en 2002, y tiene una hija de tres años de edad cuya madre es residente legal en el país.

Becar relató que vive en constante angustia por el futuro de su familia, como cuando se anuncian enormes operativos en todo el país, que provocan bajas en la asistencia a escuelas o a centros de trabajo.

La agencia de Control de Inmigración y Aduanas ha deportado más de 150.000 inmigrantes indocumentados entre octubre de 2005 y julio de 2006, según cifras de la dependencia.

La esposa de Becar, Olga Cavero, sostiene que hay que intentar cualquier recurso “por más que sea denegado y no haya una solución”.

Aunque los abogados admiten que paralizar deportaciones será cuesta arriba, a su favor tienen el hecho de que una demanda similar produjo leyes de protección migratoria a ciudadanos centroamericanos, que vivían también ilegalmente en el país.

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