POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Desde la noche del pasado miércoles 20 de abril, la Galería de Arte de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, ubicada en la calle Eugenio de Marchena No. 26, La Esperilla, mantiene abierta la excelente exposición «Memorias del alma», de Hilario Olivo (1959), auténtico «chef de file» de la Generación del 80 en Santo Domingo y uno de los máximos exponentes de la pintura dominicana contemporánea.
«Será hasta luego», «Camino hacia el silencio», «Diablo triste», «Transfiguración», Contemplando el mar», «El regreso», «Esperando a quien no llegará», «Mujer alada», «Hombre enamorado», «Mujer transparente», «Soñando con ellas», «Ir y venir en la noche roja» y «El sueño azul de la danzarina, 13 rigurosos óleos sobre tela de formatos respetables, extractados por el propio artista y el galerista Roberto Ramírez, constituyen el cuerpo de obras de «memorias del alma». Sin dudas, estas pinturas exponen fielmente el proceso de cristalina madurez y esplendor que registra la obra pictórica de Hilario Olivo en una intensa y fructífera búsqueda simbólica que traspasa ejemplarmente las dos décadas.
Tal como ya hemos advertido, en estas últimas obras de Hilario Olivo, accedemos a una sensibilidad distinta ante el espacio pictórico; a un universo de formas, efectos, estructuras, disoluciones, entidades, eventos y recintos semióticos imprecisos. Alusiones e inter-acciones texturales y luminosas donde «el paisaje» opera como contexto arquetípico, como exploración del tiempo interno de la consciencia, como superrealidad «geográfica» del ser y como ideal analogía del mundo sensorial del artista.
Analogía a través de la cual, tierra, psique y corporeidad, aparecen íntimamente relacionadas. En este fecundo universo las formas escapan a una precisa definición. Todo sentido es simultáneo. La pluralidad semiótica suspende la acción de lo racional, asimila las contradicciones de la «realidad transfigurada».
«Es la segunda exposición individual que promovemos y con el alto nivel de calidad de la misma sostenemos el compromiso que le dio origen a este espacio de las artes plásticas y visuales: la promoción de lo mejor del arte dominicano y universal», sostiene el filósofo y catedrático David Alvarez Martín, director del Centro de Estudio de la Cultura de FUNGLODE y quien se propone desarrollar y proyectar la Galería de Arte como un alternativo y exigente espacio expositivo para las más depuradas manifestaciones plásticas y visuales dominicanas contemporáneas.
Por su parte, en el ensayo para el catálogo de «memoria del alma», la respetada crítica de arte dominicana Marianne de Tolentino sostiene acertadamente que: «Hilario Olivo no sigue pulsiones ni procede por gestos: él concibe y controla las estructuras en el espacio. Las energías se afianzan y se ordenan en contornos antropomórficos».
Y de inmediato, Tolentino agrega que: «Ese potencial energético se encuentra tanto en los motivos como en los fondos, sean densos o ligeros, casi siempre animados de una gran vitalidad y merecedores de un análisis particular. Evocadores de tierra, rocas, materiales duros, llevan la huella de trazos, de pictogramas, de escarificaciones-que ocasionalmente marcan los cuerpos-¿hasta tatuajes ceremoniales?. Cargados de Gases y vapores, propician efectos de neblina, llegando a disolverse figuras en ese entorno penetrable. Otros pueden sugerir un medio biológico y células fecundantes como en «Diablo inmóvil», sin que olvidemos la aparición de cuadrículas-geometría, color y forma-en «Será hasta luego. No pocas veces, distintos tipos de labrado pictórico se mezclan. El resultado es el mismo: metáfora de la vida, dinamismo interior del cuadro y de la superficie».