En la edición de este periódico del día 23 del pasado mes de  marzo, publicamos un artículo en el que  anunciamos la posibilidad de que nuestro Presidente, el Dr. Leonel Fernández, fuera el candidato para  mediar entre EUA y Cuba, en vías del restablecimiento de las relaciones bilaterales interrumpidas desde los inicios de los años 60. Dicho acontecimiento, que se produjo luego de que la revolución cubana triunfante desde 1959 abrazara  el comunismo como ideología de Estado, con lo cual se integró al bloque socialista  liderado  por la Unión Soviética, situación que rompía el equilibrio político imperante en el mundo bipolar sancionado por la Guerra Fría.

Esta ruptura hizo estallar la Caja de Pandora de la que salieron todos los demonios que iban a castigar aquella provocación a la potencia hegemónica,  justo en  su área de influencia: Latinoamérica.  De ahí medio siglo de enfrentamientos de todo tipo, agresiones armadas públicas y subterráneas, aislamiento internacional, con la cesación de relaciones diplomáticas y mercantiles, mas otras sanciones propias de la citada Guerra Fría.  De esta, que colapsó con la Perestroika de Gorbachov en los inicios de los 90s del siglo pasado, solo quedan- -coincidiendo con reputados analistas- anacronismos incompatibles con los nuevos tiempos, como por ej., el mantenimiento del bloqueo comercial impuesto a la isla rebelde.

El levantamiento del bloqueo a Cuba por parte de EU se ha convertido en el marco de un  replanteo de su política exterior, en la clave del proceso de distensión y acercamiento al sur del continente, que ha iniciado la Casa Blanca bajo el mandato de su flamante Presidente Obama. Por tanto, este, en un intento, no sólo de resarcir heridas seculares,  o de suavizar  tensas situaciones resultado de pugnas recientes, trata de romper con el alejamiento y abandono de la región, que caracterizaron el Gobierno de Bush.

Pero Obama se ha encontrado con ta piedra del bloqueo en su camino. Los mas altos  dirigentes de América Latina, en representación de sus pueblos, le han hecho saber por distintas vías, que el levantamiento de esa barrera comercial es la premisa de la nueva era en el ámbito  de sus relaciones bilaterales y regionales Se lo han demostrado con las visitas que Jefes de Estado de distintos países de la zona, han realizado a Cuba  durante el primer trimestre del corriente año, en el ámbito de las cuales se han pronunciado abierta y responsablemente contra el embargo.

Pero la mas contundente de estas manifestaciones, la constituyó la posición compacta y unitaria que asumieron  estos gobernantes en la reciente Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad, Tobago: donde  con tal actitud de inspiración netamente bolivariana, le hicieron ver a Obama que su posición frente al bloqueo, no era una simple condición para su estrategia de aproximación regional, sino una de las mas caras reivindicaciones en el contexto externo  Latinoamericano. 

Hillary Clinton, la Jefa  de la diplomacia norteamericana, probablemente visualizó estos y otros indicadores antes de la mencionada Cumbre, cuando al igual que yo valoró el  entusiasta e inusual recibimiento que le dio Fidel a Leonel en su visita a Cuba el pasado marzo, mas las manifestaciones publicas  expresadas en el extenso artículo que escribió en el Gramma, órgano oficial de ese país.

De ahí se derivan algunas de las cualidades  y expectativas que señalan a nuestro Presidente como el más idóneo mediador entre estos dos Estados. Estas, nosotros las  destacamos en la entrega arriba citada, junto a los créditos que en el campo  personal y diplomático adornan a Leonel para asumir esa misión, los que al parecer Hilary  también evaluó, -confirmando nuestro vaticinio- cuando le pidió a nuestro mandatario, en su primera visita oficial a RD, el 18 del corriente mes de abril, que fuera el mediador entre su país y Cuba.