WASHINGTON,  (AFP) – Cuestionada por sus rivales demócratas y convertida en el enemigo a derribar para los republicanos, Hillary Clinton, favorita en la carrera a la Casa Blanca, deja entrever las primeras fisuras en su coraza.

 Por primera vez desde el inicio de la campaña, la senadora con nervios de acero vaciló el martes de noche bajo los golpes de sus rivales demócratas durante el octavo debate televisado en Filadelfia.

 «Fue la peor performance de toda su campaña», estimó el diario político electrónico Politico.com.

 «Durante dos horas, esquivó, maniobró, se puso quisquillosa y bloqueó», agrega el diario.

 Atenazada entre el candidato negro Barack Obama, a su izquierda, urgido de demostrar una agresividad tardía y anunciada, y el ex senador John Edwards, a su derecha, más vindicativo que nunca, Hillary Clinton llegó incluso a contradecirse públicamente.

 Tras haberse defendido sobre Irán, Irak y la seguridad social, Clinton declaró estar a favor de una decisión del gobernador de Nueva York sobre trabajadores clandestinos tras lo cual afirmó lo contrario.

 «Si no me equivoco, la senadora dijo dos cosas diferentes en el espacio de dos minutos», la interrumpió John Edwards. «Estoy perplejo», agregó Obama, «no sé si está a favor o en contra».

 «Afirma que pondrá fin a la guerra, pero continúa diciendo que mantendrá tropas de combate en Irak», había señalado un poco antes Edwards.

 Barack Obama señaló que la senadora por Nueva York había cambiado de posición cuando ello resulta «políticamente cómodo», particularmente en lo que atañe a Irak y la tortura.

 El candidato republicano Rudy Giuliani, que se presenta como la única defensa conservadora contra Clinton de cara a 2008, no desaprovechó la ocasión para bvurlarse de su archienemiga.

 «Jamás vi algo semejante», declaró durante un programa televisivo. «Sé que hay políticos como Hillary. Dicen cosas diferentes en función de su público, cambian de acento, estoy habituado a que lo haga, pero no lo había visto en el mismo lugar, en un solo minuto».

 «El éxito de la senadora Clinton en la campaña y la percepción de que no se la puede detener la convierten en el blanco elegido por los demás candidatos, republicanos y demócratas, y comienza a mostrar las marcas», opina Maurice Carroll, director de Quinnipiac University Polling Institute.  El estado mayor del equipo de campaña de Hillary Clinton estimó, por su lado, que la senadora había dominado a sus rivales durante el debate de Filadelfia. «Concentró su atención en el verdadero objetivo de estas elecciones: los republicanos y la administración Bush, en lugar de tomársela con los otros demócratas», dice un memorando de campaña.  A casi dos meses de las primeras consultas electorales en Iowa (centro) y New Hampshire (noreste), Hillary Clinton conserva una diferencia muy cómoda de intenciones de voto sobre sus rivales. Según un sondeo de Zogby entre votantes demócratas, divulgado este miércoles, Clinton lidera con un 38% de las intenciones de voto, contra 24% Obama y 12% de Edwards. Además la senadora está a la delantera en todos los estados clave y a nivel nacional.