Nueva York.— Por más de un año, Hillary Clinton ha estado reacia a ser parte de la polémica sobre su correo electrónico que ha permeado su campaña.
Ha respondido de manera defensiva a preguntas que se le han hecho, y muchas veces lo hizo solo por la imperiosa necesidad política que existía. El viernes, esa necesidad imperiosa fue clara.
El tema del correo electrónico se propagó inesperadamente justo una semana antes del día de la elección, poniendo en riesgo la ventaja que Clinton tiene sobre su rival republicano Donald Trump.
El FBI anunció que estaba investigando si hay información clasificada en un dispositivo electrónico que pertenecía a Anthony Weiner, el desacreditado congresista que está separado de su esposa Huma Abedin, veterana asistente de Clinton.
Clinton actuó rápidamente, dando una breve e improvisada conferencia de prensa en una secundaria de Des Moines, Iowa.
Desafió al director del FBI James Comey a divulgar todos los detalles de la nueva investigación, citando la fase crucial de la contienda por la Casa Blanca. “Estamos a 11 días de, quizás, la elección más importante de nuestras vidas. La votación ya comenzó en nuestro país”, dijo Clinton.
“Así que el pueblo estadounidense merece saber los todos los hechos inmediatamente.El mismo director ha dicho que no sabe si los mensajes electrónicos mencionados en su carta son significativos o no”.
Clinton dijo que el FBI no se ha comunicado con ella ni sus asesores en relación con la investigación. La noticia surgió cuando Clinton tenía una sólida ventaja en la contienda.
La fase de votación preliminar comenzó hace semanas y ella tiene una ventaja fija en las encuestas, tanto a nivel nacional como en estados reñidos.
Esto casi asegura que, aún si es que ella gana la elección, los demócratas y sus aliados celebrarán una victoria teñida por la investigación.