“Himno a la alegría” cumple 50 años

“Himno a la alegría” cumple 50 años


En plena pandemia del COVID-19. El mundialmente famoso tema continúa vigente como el mayor canto a la esperanza, a medio siglo de su creación. Fue un éxito global del que se vendieron más de 7 millones de copias en todo el mundo. Es el principal hit del español Miguel Ríos

Ha pasado medio siglo desde que el ‘Himno a la Alegría’ de Miguel Ríos se convirtiera en todo un éxito mundial, primero en castellano y después gracias a su versión en inglés – ‘A Song of Joy’-.
La canción, obra del pianista, compositor, arreglista y director de orquesta argentino Waldo de los Ríos y editada en 1969, continúa vigente como el mayor canto a la esperanza en plena pandemia por el COVID-19.
La versión rock que se hizo célebre es una adaptación a partir del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, que se había inspirado para su creación en la ‘Oda a la Libertad’, que el poeta, filósofo y dramaturgo alemán Friedrich Von Schiller escribió en 1785.
Casi dos siglos más tarde de aquel poema, y con una nueva letra, el arreglo de la gran obra de Beethoven, se convertía en un gran éxito de la música moderna, sin duda el mayor en la larga carrera musical de Miguel Ríos, quien con su clásico de rock sinfónico superó los 7 millones de copias vendidas en todo el mundo.
Después del éxito en España y en Latinoamérica, la adaptación rock de la Sinfonía Coral de Beethoven cantada por Ríos, en su versión en inglés, fue un auténtico fenómeno internacional que llegó al número 1 en las listas de muchos países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Canadá o Australia, en la lista Easy Listening Music de Billboard.
En Estados Unidos, ‘A Song of Joy’ se mantuvo durante diez semanas en la lista de los 100 singles más vendidos del país, todo un éxito para un artista español como Miguel Ríos, que entre otros lugares llevó su ‘Himno a la Alegría’ a la Exposición Universal de Osaka (Japón), que se celebró en 1970, con el lema ‘Por el progreso y la armonía de la humanidad’.
Un éxito con una letra coreada durante décadas, y que ensalza el carácter de hermandad y libertad con la que la composición siempre ha sido identificada, como recordaba la discográfica Warner el pasado año con motivo del lanzamiento de su remasterización.
El ‘Himno a la Alegría’ pasa por ser una de las obras más trascendentales y populares de la música universal, un símbolo de la libertad que, apenas dos años más tarde del éxito internacional de la versión rock de Miguel Ríos, en 1972, se convirtió en el himno oficial del Consejo de Europa, esta vez con arreglo del director de orquesta Herbert Von Karajan. Desde 1985 es el himno oficial de la Unión Europea.
Tanto en su versión sinfónica como en la popularizada por Miguel Ríos, la composición es una de las más destacadas durante las últimas semanas: de los mensajes de ánimo desde los balcones en España y otros países, a diferentes iniciativas de orquestas sinfónicas para levantar los ánimos en tiempos de confinamiento.
En España, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León interpretaron el ‘Himno a la alegría’ desde sus casas para mandar un mensaje de ánimo a la ciudadanía a los pocos días de que empezara el confinamiento, una iniciativa virtual que secundaron pocos días después los músicos de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam (Países Bajos) o la Orquesta Sinfónica de Colorado (Estados Unidos).
‘Desafiando al olvido’. El periodista Miguel Fernández repasa la vida y trayectoria del músico argentino en ‘Desafiando al Olvido. Waldo de los Ríos. La Biografía’, que dedica especial atención a la aventura española en la que De los Ríos consagró su carrera artística y en paralelo a la discográfica Hispavox, la compañía que revolucionó el mercado discográfico en los países de habla hispana.
«Yo creo que Waldo fue el primer compositor global, lo mismo te podía hacer una banda sonora, que el arreglo de una canción, que la cabecera de un programa de televisión o ahondar en el folclore argentino y español. Él hacía de todo y casi para todos, tenía una multitud de registros, por eso llegó a tanta gente», asegura Fernández.
El autor trata de responder en esta biografía a dos interrogantes: la razón del suicidio de Waldo de los Ríos (1934-1977) y los motivos por los que cayó en el olvidó rápidamente tras su fallecimiento un compositor con tanto talento, que fue un referente musical de su época y un personaje muy conocido, pese a las incógnitas que rodearon sus últimos años de vida.
De los Ríos fue un prodigio, “un todoterreno musical” al que un día se le ocurrió que sería buena idea reinterpretar la Novena Sinfonía de Beethoven para adaptarla a los nuevos tiempos, y el resultado, con la voz de Miguel Ríos, no pudo tener más éxito.

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