Himno Nacional, nuestro insigne canto patriótico

<b>Himno Nacional, nuestro insigne canto patriótico<br></b>

El Himno Nacional es uno de nuestros tres símbolos patrios, cuyas letras son de la autoría de Emilio Prud’Homme y la música del maestro José Reyes.

Esta obra musical, cuenta con 12 estrofas, de las que, por lo general, sólo se cantan las primeras cuatro. Se interpretó por primera vez el 17 de agosto de 1883 en los salones de la respetable Logia Esperanza. Poco después, sus notas musicales se escucharon por segunda vez en Azua.

Cuando los restos del patricio Juan Pablo Duarte fueron trasladados al país desde Venezuela, lugar donde murió en 1876, meses después, sus nobles despojos fueron recibidos con la interpretación del Himno Nacional para darle un aire triunfal a su llegada.

 De acuerdo a la enciclopedia virtual del Ministerio de Educación, el 27 de febrero de 1884 el canto patriótico de Reyes y Prud’homme fue interpretado a lo largo de todo el trayecto recorrido por la procesión que llevó en andas los restos Duarte, partiendo desde el puerto de Santo Domingo hasta la Santa Iglesia Catedral, donde fueron sepultados entonces.

Nuestro canto oficial.  A pesar de los intentos del presidente Ulises Heureaux de convertir el himno en una pieza de la Constitución Dominicana, no  fue sino hasta el 30 de mayo de 1934 cuando el presidente de la República, Rafael Leonidas Trujillo Molina, mediante la Ley número 700, declaró himno oficial de la República el Himno Nacional.

A partir de esa fecha, el artículo 97 de la Constitución declara: «El Himno Nacional es la composición musical consagrada por la Ley No 700, de fecha 30 de mayo de 1934 y es invariable, único y eterno.»

 Usos y costumbres. Actualmente el Himno Nacional es utilizado por decreto en ceremonias oficiales y en actividades de alto rango del Estado.

También es una obligación que las escuelas y otros centros educativos lo canten antes de iniciar las clases, esto es al momento de izar la Bandera,  que es otro de los símbolos patrios.

Como muestra de respeto y solemnidad, los dominicanos acostumbran a quitarse gorras o sombreros, y colocarlos en la parte izquierda del pecho, cuando entonan las notas del himno.

También los transeúntes, en muchas ocasiones, como muestra de respeto. Otros también optan por colocar su mano derecha encima de la parte izquierda de su pecho.

Al momento de la interpretación del Himno Nacional se debe adoptar una posición de atención y frente hacia la música, excepto cuando se está izando la Bandera.  En este caso se honra a la misma.

Esta posición debe mantenerse desde el principio hasta el final de la interpretación del himno, bajo o fuera de techo. En tiempo de lluvia basta con levantar un poco el sombrero sobre la cabeza.

 A continuación las letras del Himno Nacional:

 

Quisqueyanos valientes, alcemos

Nuestro canto con viva emoción,

Y del mundo a la faz ostentemos

Nuestro invicto, glorioso pendón.

 

¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,

A la guerra a morir se lanzó,

Cuando en bélico reto de muerte

Sus cadenas de esclavo rompió.

Ningún pueblo ser libre merece

Si es esclavo, indolente y servil;

Si en su pecho la llama no crece

Que templó el heroísmo viril.

 

Más Quisqueya la indómita y brava

Siempre altiva la frente alzará;

Que si fuere mil veces esclava

Otras tantas ser libre sabrá.

 

Que si dolo y ardid la expusieron

De un intruso señor al desdén,

Las Carreras! Beller!… campos fueron

Que cubiertos de gloria se ven.

 

Que en la cima de heroico baluarte

De los libres el verbo encarnó,

Donde el genio de Sánchez y Duarte

A ser libre o morir enseñó.

 

Y si pudo inconsulto caudillo

De esas glorias el brillo empañar,

De la guerra se vio en Capotillo

La bandera de fuego ondear.

 

Y el incendio que atónito deja

De Castilla al soberbio león,

De las playas gloriosas le aleja

Donde flota el cruzado pendón.

 

Compatriotas, mostremos erguida

Nuestra frente, orgullosos de hoy más;

Que Quisqueya será destruida

Pero sierva de nuevo, jamás!

 

Que es santuario de amor cada pecho

Do la patria se siente vivir;

Y es su escudo invencible, el derecho;

Y es su lema: ser libre o morir.

 

¡Libertad! que aún se yergue serena

La Victoria en su carro triunfal,

Y el clarín de la guerra aún resuena

Pregonando su gloria inmortal.

 

¡Libertad! Que los ecos se agiten

Mientras llenos de nobles ansiedad

Nuestros campos de gloria repiten

Libertad! Libertad! Libertad!