Todo en exceso hace daño, inclusive sudar, pues en una cantidad normal la transpiración es la sana expulsión de toxinas del organismo, que ayuda a prevenir enfermedades y mantener la salud del cuerpo. Sin embargo, cuando es demasiada, se constituye en una enfermedad denominada hiperhidrosis.
La característica principal de esta enfermedad es la sudoración excesiva de las glándulas sudoríparas, y se origina por trastorno del sistema nervioso autónomo, explica la doctora Emma Guzmán, dermatóloga, quien labora en la Unidad Dermatológica Dra. Emma Guzmán.
Ella indica que la sudoración es un termorregulador en el organismo y cuando la producción excesiva altera este mecanismo, se considera que hay una enfermedad.
Respecto a la frecuencia, la galena indica que el 2% de la población presenta esta enfermedad, mas -por desconocimiento o poca cultura de visitar al médico- sólo el 20% acude a consulta.
¿Cuándo de presenta?
La hiperhidrosis, agrega Guzmán, se puede presentar en cualquier etapa de la vida. Casi siempre inicia en la infancia -y es la llamada forma primaria-. Esta patología es hereditaria, sin preferencia de sexo, por lo que afecta igual a hombres y mujeres, dice.
La forma secundaria de la hiperhidrosis es la que se presenta relacionada con enfermedades como de tiroides, diabetes, trastornos psiquiátricos, por presencia de tumores y por la menopausia.
¿Dónde se presenta y cuáles son sus consecuencias?
Las partes del cuerpo más susceptibles a la hiperhidrosis son las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
La sudoración en estas partes del cuerpo, como en todo el organismo, es normal, pero cuando se excede hay problemas, pues tiene repercusiones emocionales y en la calidad de vida del individuo, motivo por el cual requieren ayuda médica, señala la doctora Guzmán.
¿Cómo se trata?
Dependiendo del nivel de hiperhidrosis, los tratamientos pueden variar. Estos pueden ser tópicos, si la hiperhidrosis se presenta en forma moderada. En este caso se trata con lociones antitranspirantes a base de cloruro de aluminio. La doctora recomienda usarlo con moderación por la toxicidad del aluminio y aplicarlo por indicación médica.
Otras opciones innovadoras que menciona la experta incluyen el tratamiento con toxina botulínica tipo A. El bótox es uno de los métodos más novedosos y efectivos para el tratamiento de la hiperhidrosis, especialmente en la zona de las axilas, que ya cuenta con la aprobación de organismos regulatorios como la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés).
Otra opción de tratamiento es la iontoforesis, que consiste en usar una máquina especial que aplica una cantidad baja de electricidad para cerrar las glándulas sudoríparas. En general, este tratamiento se usa para las manos y los pies.
En todos los casos el tratamiento es ambulatorio, por lo que el paciente es dado de alta ese mismo día.
Si su hiperhidrosis es muy intensa y otros tratamientos no le han funcionado, la cirugía puede ser una opción. Ésta se realiza extirpando las glándulas sudoríparas axilares. Típicamente, esta cirugía se usa como último recurso.
También se puede realizar la simpatectomía, una operación con resultados positivos en el 95% de los casos, dice Guzmán, quien recomienda al doctor Domínguez, cirujano oncólogo, con vasta experiencia.
Recomendaciones para prevenir la hiperhidrosis.
1. Use jabón antibacteriano para eliminar las bacterias y otros gérmenes que se acumulan en la piel.
2. Secarse bien el área axilar. Las bacterias y demás gérmenes se desarrollan muy bien en áreas húmedas.
3. Usar medias de algodón y cambiarlas varias veces al día para evitar acumulación del sudor.
4. Usar ropa de algodón y otras fibras naturales.
5. Lavar y secar su ropa muy bien antes de volvérsela a poner.
6. Es recomendable depilarse el área de las axilas.
7. Evitar las bebidas que contengan cafeína, comidas muy condimentadas y el alcohol.
8. Practicar algún deporte.