Hipertensión: el asesino silente

Hipertensión: el asesino silente

¿Cuándo fue la última vez que examinó su su presión arterial? Aunque se trata de algo muy simple, esta prueba puede evitar la llegada de muchas complicaciones de salud e incluso la muerte.

“La hipertensión es una condición que aumenta el riesgo cardiovascular entre las personas que la sufren. Tradicionalmente se considera una enfermedad silente, porque no produce síntomas en la mayoría de los caos, aunque a veces produce dolor de cabeza. Es traicionera porque muchas veces la persona no siente nada y al no ir al médico no hay forma de detectarla”, explica el cardiólogo César Herrera.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, y las complicaciones derivadas de la hipertensión causan 9.4 millones de defunciones al año.

“Los estudios que se han hecho en el país indican que un 34 o 35 % de la población de los adultos son hipertensos, que sepamos… imagínate los que andan por ahí sin sintomas que no sabemos. Es un problema epidemiológico de gran alcance”, se lamenta Herrera.

La forma más común en la que se detecta es utilizando el esfigmomanómetro o un aparato denominado MAPA (monitorización ambulatoria de la presión arterial) o un Holter de tensión.

Causas. Existen dos tipos de hipertensión, aunque se trate de la misma condición, explica Herrera; la hipertensión esencial, que ocupa la mayoría de los casos y cuya causa no es posible determinar con exactitud; y la hipertensión secundaria, la cual es consecuencia de una condición clínica previa como la apnea del sueño, hipertiroidismo, un defecto congénito en una de las arterias del riñón, etcétera, pero estos solo representan un 10 % de los casos, aproximadamente.

Sobre las causas de la hipertensión esencial existen diversas teorías. Unas apuntan hacia problemas genéticos en los que los vasos arteriales desarrollan una resistencia aumentada, otros, al sistema autonómico que regula la presión y el pulso; o al sistema hormonal dirigido por el riñón (sistema renina-angiotensina) que produce sustancias que en exceso pueden aumentar la resistencia de las paredes y producir hipertensión, etc.

Consecuencias. Una de las consecuencias más devastadoras que puede producir de la hipertensión, tal y como lo explica el doctor César Herrera, es el accidente cerebrovascular o derrame cerebral: “Cuando sube la presión muy alta las arterias del cerebro se endurecen, se rompen, tiene un sangrado en el cerebro, una isquemia o falta de irrigación y ahí hay daño permanente o parcial del tejido cerebral y la persona se queda sin habla, paralítica…”, expresa.

Además, la hipertensión puede producir insuficiencia cardíaca. “El corazón básicamente se cansa”, explica Herrera, “muchas veces se le pone el corazón grande, engrosado.

La enfermedad de las arterias coronorias se acelera con la hipertensión. En otras palabras, si tú tienes riesgo de desarrollar obstrucción en las arterias, sea por el cigarrillo, por la diabetes… el ser hipertenso te acelera ese proceso de aterosclerosis de las arterias coronarias”.

La arteria aorta también puede verse afectada y producir un aneurisma aórtico o romperse y dar lugar a una disección aórtica, una condición letal.

La hipertensión también puede producir daños severos en el riñón.

¿Cómo cuidarse? Además de la medicación que ayudan a eliminar el sodio como los diuréticos; o los inhibidores de hormonas vasoconstrictoras como la angiotensina y la aldosterona (betabloqueadores), el manejo global de esta condición, explica Herrera, implica cambios en el estilo de vida del paciente que incluyen una dieta saludable baja en sodio y sal (estos aumentan la resistencia de las arterias), no más de dos gramos al día, evitar el alcohol, el cigarrillo, el estrés, el sobrepeso, hacer ejercicio y -por supuesto- mantener un control constante de la presión arterial visitando a su médico, al menos dos veces al año.

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