Un ejemplar de nombre Caonabo, el cual era el favorito, entre todos los que tenía el Generalísimo Trujillo, adquirido por él en el año 1937, junto a Nelusko y Platino, de paso trochador. Durante 24 años Caonabo fue Gran Campeón y campeón de Campeones. A la muerte de Trujillo lo desconsideraron poniéndole un aparejo de guano cuando le llevaban a las Haras Nacionales.
Cuentan que una noche, presintiendo su muerte, rompió la puerta del establo y tomó la carretera hasta llegar a la avenida Máximo Gómez, dobló en la George Washington y fue a morir frente a su establo en la Feria Ganadera. Los que lo vieron esa noche dicen que iba marcando el paso, como en sus viejos tiempos, con la Crin al aire y con su cuerpo sudado. Esta y muchas historias podrían ser contadas.