“NUESTRA HÍPICA DEBE DEPENDER DEL NATIVO”
Cuando en nuestro país se instalaron unas 30 haras de crías de pura sangre de carrera nativos en la década de los años 70 y 80, fue con la idea de que la importación de ejemplares apto para la competición en el hipódromo Perla Antillana, fuera menos numerosa que la población caballar nacidos en el país, para que más de un 50% de las carteleras que se presentaban en el desaparecido redondel fuera a base del material criollo, pero, la poca protección que les fue ofrecida a los propietarios de los establecimientos de crías nacional, no ha sido lo suficientemente considerables, y comenzó a disminuir en grado cuantitativo la producción del pura sangre de carrera nativo.
Entendemos que los costos para producir potros y potrancas pura sangre de carrera en la actualidad, son mucho mayores que en otrora, pero también los precios para la adquisición de un producto de dos años, también son muy elevados, pero de todos modos, hay que tratar de proteger la crianza del pura sangre de carrera nativo, sí queremos que en el futuro nuestra hípica dependa menos de la costosa importación, que cada día se hace más cara.