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El traslado de caballos desde Arabia para invadir la península ibérica no solamente hubiera significado grandes dificultades y pérdidas de tiempo, sino el desaprovechamiento de la caballada de que disponían los guerreros berberiscos que se adhirieron a la Guerra Santa decretada por Mahoma. Es evidente que caballos árabes llegaron al norte de Africa en diversas épocas, pero siempre en cantidad mínima y nunca en forma masiva. El historiador Ibn Kallikan lo ratifica al referir que de los doce mil hombres que al mando de Tarik (general árabe) iniciaron la invasión mahometana, únicamente doce eran árabes, y de estos no existe constancia alguna de que montaran animales proveniente de la península arábiga o de oriente. La ubicación de Berbería, en el norte de Africa y frente a España, obliga.