LUIS MÁRQUEZ 
En cuanto al caballo pura sangre de carrera nativo se refiere, todo se inicia en el año de 1948, cuando en la “Estancia Ramfis”, propiedad de Rafael Leónidas Trujillo Molina, el entonces mandamás de la República Dominicana, nació una potranca que llevo por nombre “Española Hija”, de una cruza entre Signal Flash (Sombra) y Backwoods Kate (Española).
En 1958 se inauguró el Centro de Cría “Haras Ra- dhamés” en Villa Mella.
El señor Carlos Pérez Ricart, quien fuera en vida, propietario del Haras La Ponderosa, -quien es a nuestro juicio es- “El padre de la crianza del pura sangre de carrera nativo”, cuando continuó a partir de 1961 con la cruza entre padrotes y yeguas madres, aportando una gran cantidad de ejemplares, de los que competían en el hipódromo “Perla Antillana”.
Para lograrlo, adquirió parte de la yeguada que pertenecían al Haras Ra- dhamés.
A partir de ahí, con los aportes del Central Romana, y de unas 30 haras de crías que existían en aquellos años, las cuales aportaban sus productos, para las confecciones de las carteleras hípicas, de aquella inolvidable época.
Los ejemplares de Pérez Ricart figuran en la historia del hipódromo Perla Antilla por sus triunfos.
