(3 de 5)
Eclipse, fue enviado a servir como reproductor en 1770 después de dos campaña en la pista.
Una de las razones de su retiro fue que no había propietario dispuesto a correr sus caballos contra él. A tal grado evitaban los caballistas la presencia de “Eclipse” que ocho de las 18 carreras de su récord perfecto fueron un paseo.
Los tiempos han cambiado. Ya ha desaparecido aquella época romántica cuando el caballo de un hombre se medía con el caballo de otro hombre en tres tandas o “heats” (calor) de cuatro millas cada una, determinada cantidad de libras o dólares puesto por cada lado.
En los días de hombre contra hombre y de caballo contra caballo, las cuotas se pagaban varios días antes de la carrera, sin que se regresaran si uno de los competidores no podían llegar a la carrera, o no podía soportar el rigor de la prueba para la segunda o la tercera tanda o “heats” lo único que tenía que hacer el otro caballero para que su propietario o partido cobrara el dinero estipulado era caminar las cuatro millas. La fanaticada hípica se interesa por estos temas relacionados con los ejemplares que han tenido una gran presencia y triunfos en los diferentes hipódromo que vieron acción, donde implataron marcas, que aun se mantienen en la hípica internacional.