Hípica Por Dentro. “UNA HISTORIA HÍPICA VERDADERA”

Hípica Por Dentro. “UNA HISTORIA HÍPICA VERDADERA”

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Así como la yegua, de nombre “Mouchette”, corría por el lado interior, con su único rival, pegado a su lado derecho, dejaron atrás el codo de Dorrego y se internaron siempre con severos parciales, en la recta opuesta.
En el palo demarcatorio de los 1,600 metros, ya recorridos 2,400 el público, entusiasmado por el espectáculo que se le estaba brindando, comenzó a victoriar a “Mouchette”, y a “Juez de Paz”, admirando la gran demostración de clase y coraje que los animales ofrecían. Torterolo y Fernández, echado sobre la cruz de sus piloteados, se espiaban mutuamente, ambos, asombrados de que él no aflojara.
Con la orejas amurgadas, los ojos abiertos, fieros y corajudos en el mirar, los ollares agrandados y enrojecidos como brasas encendidas, los músculos aún con plena tonicidad, elásticas e incansables, los pulmones trabajando a destajo, inspirando, expulsando oxígeno, con el corazón, ya sin límite de otras palpitaciones, bombeando a chorros la sangre, y con el sistema nervioso supersensibilizado por el ardor de la lucha.
Yegua y caballo, ingresaron en la recta final como habían partido sin sacarse ninguna ventaja. Los seguidores de esta columna se interesan por los temas que tratamos.

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