Hípica Por Dentro. “LOS ANGULADOS DE LOS DEDOS IMPARE»

Hípica Por Dentro.  “LOS ANGULADOS DE LOS DEDOS IMPARE»

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Porqué el hombre escogió al caballo para llevarlo a su vida, a su tienda, a su civilización, a ser su instrumento de guerra, de comercio y de amistad, es un acertijo que aún no ha sido explicado totalmente. La respuesta es probablemente una combinación de tendencia física y de comportamiento que el hombre, a través de los años y de la selección fue capaz de refinarlos para llenar sus propias necesidades. Que las razas modernas pueden ser criadas por su carácter, o color, o por sus orejas cortas, o por su velocidad es testimonio del poder de selección genética y de habilidad para dirigir, para bien o para mal, el futuro de la especie.
Tanto como el caballo doméstico preferiría andar corriendo con sus compañeros salvajes, un instituto que lo llama desde un primitivo lugar dentro de él, cuando menos tiene una deuda de gratitud para con el hombre, sin el, dicen los patólogos, el caballo estaría extinto hoy en día. El hombre ha habituado al caballo doméstico a tener confianza en él desde su nacimiento y esa confianza que fomentamos es la clave para el comportamiento de nuestros caballos.
La relación caballo hombre es la razón fundamental para que el “Equus Caballus”, se haya levantado de su precaria posición, para los hípicos.

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