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El comercio egipcio fue sumamente importante y adquirió notable volumen a partir de Ramsés III. Caravanas perfectamente organizadas llegaban a los pueblos más distantes y regresaban con productos que comercializaban en los ambientes propicios.
En esas caravanas los egipcios llevaban caballos de diversos orígenes y procedencia, además de los que ya producían sus establecimientos de cría. Efectuada su venta, los substituían por ejemplares de característica destacadas que lo incorporaban a los mismos.
Los ejemplares logrados mediante el cruzamiento de caballos provenientes de tan diverso origen fueron objeto de especial adiestramiento y participaron en competencias de que informan las crónicas de otros pueblos, mereciendo denominación de “egipcios”, como si se tratara de una raza definida. En Grecia y Roma, donde los caballos egipcios actuaron en sus carreras, fueron muy apreciados por su velocidad y resistencia.
Influyeron decisivamente en la cría egipcia, además de los caballos de otras procedencias, los que en gran cantidad obtuvieron en sus constantes luchas con Siria.
A los amantes de la hípica les interesa la historia de los caballos a nivel mundial.