(1 de 2)
Aunque en ocasiones anteriores nos hemos referido al caballo Árabe, en atención a unos amigos lectores, que así no lo han solicitado.
La Raza Árabe, generalmente está reconocida como la más antigua y como la fuente de origen de todas las demás razas ligeras; fue desarrollada en el país desértico de Arabia, del cual se deriva su nombre. Con la necesidad de tramos largos y arenosos y que a la vez pudiera soportar la falta de alimento y de agua hasta un grado asombroso.
El Árabe desarrolló el tipo de caballo que desde hace tiempo ha sido notable por su dinamismo en resistencia, su nobleza y su hermosa apariencia.
El caballo árabe, aunque por prime vez fue desarrollado por los árabes como caballo de silla y fue montado para galopar, es fácilmente adiestrado para ser un seguro aunque no muy veloz arreador.
Posee las características generales deseadas para un caballo de silla; es decir, un buen porte de cabeza y del cuello hombros profundos de buena inclinación; espaldas cortas y fuerte; la cola insertada en lo alto; la parte media compacta; y trenes de calidad superior sin tener una apariencia de patudo.
Los amantes de la hípica a nivel internacional, siempre ha estado interesados por esta raza.