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El equipo para la identificación de las castañas del caballo, es como el del tamaño de un preamplificador para estéreo de tamaño medio y un megáfono delgado. El ordenador registra el tamaño, forma, localización y orientación (inclinación) de cada castaña Dibuja una imagen del tamaño real de cada castaña –parece un dibujo infantil de punto a punto- y después mide la distancia de cada punto hasta su número opuesto. A continuación encuentra su centro geométrico, mide el diámetro y radio y divide la imagen de la castaña en segmentos cuadrados que son medidos a su vez, y enseguida se computariza la media de cada segmento en relación con la castaña completa. En esta última medida la que hace posible ordenar potros tan pronto como se levanta después de haber visto la luz primera, porque, aunque el tamaño de las castañas aumenten con el crecimiento del potrillo, las proporciones, localización, forma y orientación serán las misma durante toda su vida. Por lo tanto, un potrillo ordenado al nacer, podrá ser identificado fácilmente 20 años después. Todos estos datos son alimentados a la unidad maestra, que compila y almacena toda la información relacionada con las castañas.