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En la época hace unos 1,200 años, los caballos de carreras no tenían similitud alguna con los que existieron en Europa desde la antigüedad, pues constituían parte de los festejos que acompañaban determinada ceremonias en la Corte Imperial.
Como puede apreciarse, la cría del caballo existió en Japón desde épocas y su empleo era considerado indispensable en determinados aspectos de su vida interna, pero el aislamiento que he mencionado provocó que las carreras iniciaran su evolución tardíamente.
Se puede afirmar que su verdadero historial se inició en 1861, cuando súbditos británicos que se habían radicado en Yokohama y sus alrededores, organizaron una prueba que se disputó en Moto Village y en la que intervinieron ejemplares que distaban de ser pura sangre de carrera.
Durante algún tiempo las carreras primitivas subsistieron sin mayor progreso, hasta que producida la Restauración, en 1868, se adoptaron medidas modernas y métodos científicos para desarrollar la cría y lograr mejores caballos.
Desde entonces la influencia europea fue creciente en el incipiente turf del Japón, y se intensificaron importaciones de reproductores europeos.