LUIS MÁRQUEZ 
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La gesta heróica de la conquista cuando un puñado de hombres que la hizo debió su triunfo, después de Dios al Caballo.
El desafío, la competencia entre caballos y jinetes, arraigó y floreció por todos los rumbos del Nuevo Mundo. En realidad, los conquistadores españoles, que iniciaron esa tradición en nuestra tierra, no trajeron al caballo al continente americano, sino que simplemente lo regresaron a su lugar de origen. Como ya se dijo, el caballo es oriundo de América, donde se desarrollo a través de asombrosas evolución, hasta alcanzar su estado definitivo, su condición de caballo. En América, como antes en todas partes, la labor del caballo fue definitiva. Era, cabe reiterarlo una vez más, el medio más idóneo de transporte en esa época. El caballo, después de levantar a niveles insospechados la civilización europea y propagarla por todos los ámbitos del viejo continente, fue puesto a prueba una vez más en el nuestro. Y el caballo volvió a cumplir su cometido hasta el límite de sus posibilidades, particularmente durante la etapa de la conquista de América es sin lugar a duda una de las páginas más trascendentales de la historial universal y el puñado de españoles que la realizó con valentía si limite, derribando imperios, peleando.
