LUIS MÁRQUEZ 
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En Delhi hay apuestas para mutuales, (mecanizadas), y también cazadores de apuesta legales, que tienen sus pequeñas “oficinas” en la tribuna de primera clase. La comisión que se descontaba a ambas formas de apuestas es de un 10% de que el 7 ½ va a dar al gobierno y el 2 ½ % al hipódromo. Me resultó difícil entender cómo el hipódromo podía dar premios y mantener la planta hípica con tan pequeño porcentaje de las apuestas, pero lo hace. Además de 10% sobre su manejo de apuestas, los cazadores de apuestas tienen que pagar piso. Todos pagan la misma cuota y las oficinas que en realidad son pequeñas mesitas, se deciden por sorteo. Como teóricamente proporcionan al hipódromo mayor cantidad de ingresos que los que se obtienen de las apuestas mutuas, uno tendería a pensar que la gerencia se inclina por ellos. En realidad, al hipódromo le agradan. Como se ha explicado muchas veces en relación con las carreras de caballos en todo el mundo, la máquinas vendedoras de boletos para las apuestas mutuas no tienen preferencias algunas porqué que caballo gana. Se limitan a regresar al público el 90% de las apuestas de Delhi y no le interesa quienes lo recibe. Cambio, los cazadores.
