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Para probar su rapidez y resistencia, qué mejor examen que una carrera, en la cual se pusieran de relieve las cualidades buscadas. Así, las carreras y la selección de los ganadores más consistentes de ellas, se convirtieron en idóneo termómetro para escoger a los sementales y yeguas más aptos. La rígida y cuidadosa selección de los mejores ejemplares, trajo como consecuencia natural la crema de la producción. Los británicos denominaron a esos caballos “Thoroughbred”, aunque el término adoptado por muchos países se deriva del vocablo francés “Pur Sang”. La creación del General Stub Book Inglés, publicado en 1791 por quien lo ideó, James Weatherby, confirmó la seguridad del origen, genealogia e identificación de cada ejemplar, por medio de los citados Libros de Registros. Desde entonces, él pura sangre de carrera se expandió en una evolución mundial estrictamente controlada. El amor y la seriedad con que los ingleses cultivaron la hípica tanto en la cría como en la selección de los animales a través de sus Libros de Registros, imprimieron su carácter al deporte en todo el planeta, Fue tan draconiano su sistema de selección que aún hoy los antecedentes de todos los pura sangre pueden.