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Alejandro El Grande, entra a la historia como domador, al ser el único capaz de montar a “BUCEFALO”.
Este caballo llegaría a ser tan inmortal como su dueño al que llevó vencedor en las batallas más famosas de la antigüedad hasta la India. Allí murió de pulmonía, se fundó una ciudad en su honor y en el medio se construyó el Bucefalun, su cepultura.
Alejandro Magno, educado en una tierra de jinetes como era la Macedonia, y llevado a guerrear en otras tierras de jinetes no menos valientes, Usó la caballería por primera vez con criterio racional obligado a no solamente por las grandes fuerzas montadas de sus adversarios sino también por las grandes extensiones de terrenos que permitían maniobrar rápidamente y con entera libertad.
El desierto de Asia y la abundancia de equinos hacia allí cosas de todos los días el uso de esos animales.
Atenas poseía una fuerza de mil caballeros elegidos entre los jóvenes más noble de la ciudad y en la Helade era signo de linaje llevar nombre con el afilo “hipo”, caballo como Filipo Aristipo, Hipoconte, Minispo, etc. En Roma era radical la diferencia entre simple ciudadano y los que tenían el privilegio de guerrear montado a caballos, el equite.
Esta clase social, porque de eso se trata, es creación tan antigua en la capital del Lacio que se atribuía a Rómulo. Esta columna es para edificar a los lectores sobre la participación en las actividades hípica a nivel internacional, para que logren los datos de las diferentes actividades.