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En una oportunidad leímos un trabajo aparecido en una revista editada en Puerto Rico de “Hipismo”, en la apareció un articulo en el que los conceptos son compartidos por nosotros, de ahí que lo estamos reproduciendo. No hay nada en el mundo que evoque opiniones más diferentes que un caballo pura sangre de carrera. Pregúntele a un experto por un ejemplar de carrera y tranquilamente es capaz, de sugerirle que éste es la reencarnación de Pegaso. Hágale la misma a otro y la versión del caballo volador no gana ni en el reclamo más bajo. Lo esencial vuelve a ser ¿cómo quiere empezar? ¿Cuánto quiere invertir? ¿Cuánto tiempo puede usted esperar hasta ver su inversión florecer y que ambiciona usted de ella? Adquirir un caballo ya probado es la manera rápida de sus colores en acción. La otra avenida es la compra de un potro, o potranca que ya ha debutado. Los precios en las acostumbradas subastas se basan en las líneas de sangre de los ejemplares.