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El caballo con una buena presentación es algo indescriptible, ya que desde el vistazo da la impresión de un buen animal que podrá desenvolverse admirablemente.
Es esta presencia y apariencia delicada y grata que junto con fluidez y gracia de movimientos es lo que ayuda a convencer al comprador de que ha escogido a un posible ganador.
La apariencia total del caballo es lo primero que llama la atención y da una buena o mala impresión, si cada una de las partes está o no en su lugar y si se observa bien balanceado.
Ahora se debe inspeccionar parte por parte su estructura para tener una idea más profunda de su conformación y habilidad para desenvolverse en forma óptima mantenerse saludable.
Al observar la anatomía del caballo, es interesante notar que casi cada parte del animal (con excepción de la cola) corresponde a una parte similar del cuerpo humano.
De ahí que se debe observar al caballo con mucho detenimiento a la hora de ser adquirido, ya sea en una subasta, o en una compra privada. A los hípicos le gusta este tema.