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La grandeza de la hípica de la tierra del Tío Sam, consiste en el respaldo ofrecido por la fanaticada que les gusta el negocio del juego deporte de las carreras de caballos, naturalmente, para que ese respaldo de la afición sea efectiva se necesita que el espectáculo sea de calidad, de ahí que tanto los propietarios de establos, los criadores y, muy especialmente las empresas que administran los respectivos hipódromos en los Estados Unidos, pongan todo su empeño en que las carteleras que se presentan, en todos los redondeles establecidos, sean de mucho nivel, pero sobre todo, que las autoridades encargadas de legislar, lo hagan apegadas a los Reglamentos que la rigen.

De ese modo los fanáticos hacen sus aportaciones a las distintas modalidades que se ofrecen en el menú de apuestas en cada una de las competencia oficiales, los cuales sus montos ascienden a cantidades millonarias, lo que permite los grandes premios a los dueños de ejemplares que arriban en puesto de paga que arriban del primer al quinto lugar de la competencia, los cuales son de acuerdo a la categoría del grado de la carrera, con la modalidad de premios fijos. En la próxima entrega vamos a ofrecer datos de interés para los hípicos dominicanos que siguen las actividades de este deporte en los Estados Unidos, donde han surgido destacados ejemplares de carreras.