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Don Moncho Llobét, quien fuera uno de los grandes pilares del hipismo puertorriqueño, con que contó el llamado deporte de los reyes en su ciudad natal, lanzó la idea que consideró estupenda por sus grandes proyecciones en lo que a fomento y estabilidad del deporte se refiere, ya que se trataba de una competencia Internacional a base de los mejores potros y potrancas de tres años, de Cuba Venezuela República Dominicana y Puerto Rico. La celebración de ese evento sería en forma rotativa, o sea un año en cada país de los que comprenderían el llamado Clásico Internacional del Caribe, lo que ofrecería un interés extraordinario para todos los países participantes. Cuando las autoridades de Puerto Rico desistieron de la celebración de la carrera internacional en el 1953, la gran fanaticada quedó muy triste, pero la idea de don Moncho quedó fija en los mentores del hipismo, para reverdecerla trece (13) años más tarde cuando fue celebrado en el año de 1966, el primer Clásico Internacional del Caribe, precisamente en Puerto Rico. A los lectores de esta columna les gustan conocer de la hípica.