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Shoe, como cariñosamente se le conocía al estupendo jockey Shoemaker, mantuvo el récord de carreras en todo el mundo por largos años, y durante cinco años consecutivos fue consagrado campeón nacional entre las fustas de su país. Nadie, ni el notable Eddie Arcaro, ganador de cinco Derbys de Kentuky, pudo igualar esa marca. A su legendaria habilidad para conducir a un caballo a la victoria, tuvo la oportunidad de admirarlo durante la visita que hizo a la Argentina en 1969, Shoemaker mostraba una particular filosofía respecto a los numerosos riesgos de su profesión: “Si uno piensa en la muerte no va a ser feliz, así yo me divierto haciendo lo que hago mientras vivo. El accidente que sufrió hacia fines de la década del sesenta.