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Bárbara Dimmick Cinthia Fairchuck hacen un reporte del increíble proceso de la transferencia de esta técnica en la industria caballar. Durante siglo el hombre ha soñado con entrometerse con la creación de la vida o con alterar, en alguna forma, sus orígenes. El lado oscuro del folclor judío habla del golé, un hombre sobre natural creado por el hombre con la ayuda de los poderes más siniestros del universo. Los científicos del siglo XVII exploraron con los misterios de la generación espontáneas de la vida, y el autor del siglo XIX, Mary Shelley, escribió el, cuento, aún favorito y escalofriante, de Franskenstein quien creó un hombre-monstruo al entrar a las profundidades de su práctica científica. Aún en los tiempos modernos, a la publicación del “Bebé Probeta”, se enfrenta con la vieja creencia de los siglos que se refiere a que ese poder no está en manos de los poderes de la humanidad. La industria animal, los experimentos en las prácticas de cruzas son menos siniestros y no se enfrentan con el escepticismo del siglo XIX pero la falta de educación, preocupaciones económicas y aflicciones por el mantenimiento de la integridad de las razas son los grandes obstáculos, que inciden el progreso de la técnica de cruzas del ganado. La industria caballar.