LUIS MÁRQUEZ 
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Tres hechos, muy dispare dramáticamente entre sí, fueron la base para que en Inglaterra se creara la raza del caballo pura sangre de carrera. Protagonizaron esa historia: El Darley, Godolphin Barb y el Byerly Turk ( El Árabe, El Turco y El Berberico) tres sementales de los cuales descienden todos los caballos pura sangre de carrera que existen en el mundo. El capitán Robert Byerly, había sido trasladado a Hungría para luchar contra los Turcos, defendiendo al imperio Británico. En uno de los tantos enfrentamiento, con el enemigo, el oficial capturó a un caballo que se mostraba asustado, desconcertado en medio del fragor de la lucha, tal vez extrañando el peso del jinete, muerto a poco de comenzada la batalla. Contento con el botín que había logrado. Byerly comenzó a cuidar al caballo, procurando obtener su confianza. La noble bestia, ganada por el cariño del militar, se entregó y permitió que Byerly fuera su jinete, ya como coronel el Séptimo regimiento de Dragones en la sangrienta batalla librada contra los irlandeses, en 1690, a orilla del río Boyne. Tiempo después, desestimado todas las ofertas recibidas para vender a su caballo, Byerly se lo llevó Inglaterra. Allí el “Turco”, al cual luego se le agregó el nombre de Byerly, en justo homenaje a su dueño, a una cabaña.
