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De esa línea, la del Turk, a través de los hijos de este: Parte y Tratar, desciende Herid, nacido en 1758, y que junto con Machen y Eclipse, se convirtieron en los tres más formidables enlazadores de la especie. El Dar ley Arabina, el otro ejemplar que compone el trío de los primeros padres que tuvo el elevare universal, no acredita una vida tan llena de peligros y aventuras como el Berry Turk. En uno de los continuos viajes de negocio y placer que un escribano apellido Dar ley realizaba a Siria, descubrió, guardado en un corral cercano a una feria de caballos, a un corcel que deslumbraba por su estampa y temperamento. El animal, y fue lo que más interesó al viajero inglés, estaba apartado del resto de las bestias como queriendo fijar, con orgullo de caudillo, las notables diferencias que los distinguían de los demás. Era armonioso en sus líneas y los ojos tenían una mirada llena de coraje, brillando como brasas encendidas. Entusiasmado por todos esos detalles y sin discutir precio, míster Dar ley adquirió la pieza.
Ya en Inglaterra, el Arabina fue llevado a una granja para fecundar a varias yeguas “Reales”. Uno de sus más famoso descendientes fue el incomparable “ECLIPSE”, que debió su nombre al eclipse.