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Cada vez que se trabaja a un caballo joven deberá comenzar su enseñanza con algo que ya sepa, con esto ganará confianza, en su habilidad de poder hacer lo que se le pide. Con esta confianza se le relaja, y al final de cada sesión es la hora de enseñarle algo nuevo. Los caballos jóvenes se cansan rápidamente y se aburren. No hay que comenzar una nueva lección hasta que la anterior halla sido aprendida. Por la limitada habilidad del caballo para razonar, toma tiempo para que comprenda lo que se le está enseñando. Cuando pueda descifrar lo que un caballo ha entendido, entonces es cuando empieza a comprender algo de lo que es el entrenamiento o doma. Indiscutiblemente que la parte más importante en el caballo pura sangre de carrera es su doma, ya que de ella depende.