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La idea de efectuar una carrera clásica entre los mejores potros y potrancas de tres años de edad, exclusivamente entre los países del área del Caribe, fue lanzada por el ingeniero boricua don Ramón Llobét (Moncho). Don Moncho, consideró que también Venezuela conjuntamente con Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, podrían celebrar un Clásico Internacional, como una medida salvadora para la hípica caribeña.
Corría el año de 1953, cuando el señor Ramón Llobét (Moncho) comunica por primera vez la inquietud de celebrar un clásico en el Caribe al Periódico “El Imparcial” de Puerto Rico. Dicha idea despertó el entusiasmo dormido entre un crecido número de viejos hípicos, quienes vieron perfilarse una nueva era de su deporte favorito.
Una nueva era llena de innovaciones, pero en estrecha asociación con aquel romanticismo que colocó al hipismo insular en primer lugar entre nuestro deporte, al monopolizar en forma esplendorosa la atención de nuestros pueblos. Los hípicos siempre se interesan por estos temas en los clásicos.