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El Duque de Portland, con el afán de enriquecer su Stub-Haras, acudió al remate para quedar de inmediato impresionado por un alazán, hijo de “Galopin en St. Angela”, que mostraba todas las virtudes de un buen caballo de raza, aunque adolecía del defecto, lo manifestó abiertamente tratando de cocear al hombre, de poseer un genio demasiado irritable. Lejos de enfriar el entusiasmo del noble, la actitud geniosa del zaino lo atentó más, pues consideraba que el caballo sin carácter, es como el hombre, no es de fiar. Tiempo después, con St. Simon en pleno entrenamiento, dos potrancas, bastante adelantadas fueron seleccionadas para cotejarlas con el zaino. El potrillo ya perfilando condiciones de gran caballo, las derroto por amplio margen, impresionando a su jinete, el famoso Fred Archer, muerto en plena juventud.
En su primera campaña “ST. SIMON”, la finalizó invicto, venciendo en las cincos pruebas en las que intervino en forma aplastante a todos sus rivales. St. Simon fue elegido por toda la prensa en general como el rey sin corona de su generación, pues, al no estar anotado, no pudo participar en las grandes pruebas inglesas 2000 guineas, Derby y Saint Leger.
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