(3 de 4)
En otras latitudes, esa transformación fue lenta. Tardó más en aparecer una clase media importante e hipódromos que llenaran las necesidades de esos nacientes estratos de población.
La calidad general de los caballos, en su mayoría importados, dejaba mucho que desear.
Todavía no se podía hablar de una cría de pura sangre en esos países iberoamericanos. Y entre esos países, estaban indudablemente los nuestros.
El área del Caribe, convulsa por muchos años, logró su asentamiento ya bien entrada la presente centuria. Cada sector tomó características propias y peculiares en lo político, lo económico y lo social. Al abrir los ojos este siglo, también estamos en pañales en lo deportivo.
Era algo natural dentro de aquel caleidoscopio de gente y de costumbres. Además cuando hay inestabilidad y hambre, poco tiempo le quedaba al pueblo para pensar en diversiones materiales.
El progreso y el deporte solo pueden darse en la paz, el orden y el trabajo. Uno y otro se complementaron poco a poco, tras difíciles procesos históricos los países caribeños empezaron a tomar perfiles de naciones.
Las actividades proliferaron, incluyendo nuevas disciplinas hípicas