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Los espectaculares éxitos de Napoleón en el campo de batalla se debieron casi por completo a la brillante forma en que usó su caballería. Escribió en una ocasión. “Las cargas de caballería son igualmente efectivas al principio a mitad o al final de las batallas”, pero es un hecho que su costumbre era conservar una fuerza de caballería como reserva fuerte para asegurar la victoria y utilizarla al final para perseguir vigorosamente y aniquilar al enemigo. En 1806 su caballería ascendía a 65,000 mil, pero posteriormente la aumentó a 100.000 con elementos con oficiales, soldados y caballos escogidos cuidadosamente. Por tanto, no debe sorprendernos el hecho de que el propio Napoleón montara caballo de guerra de primera línea.