En muchas de mis últimas entregas, nos hemos dedicado a presentar varios temas relacionadas con el negocio del juego deporte de las carreras de caballos, defendiendo que las mismas sigan desarrollándose en forma si tropiezo y, lo hacemos porque después de haberle dedicado tantos años de nuestra vida al llamado deporte de los reyes, no podía dejar de poner un granito de arena en todo lo referente a su buen desenvolvimiento. Pero para que nuestra hípica siga por el sendero que en los últimos tiempo se ha encaminado, sobre todo en las aportaciones de la gran familia hípica, hay que deponer actitudes, que de no corregirse a tiempo, podría perjudicar al espectáculo, algo que nadie desea, ya que todos los entes que la dirigen serían los más perjudicados, igualmente que cantidad de personas que su sustento depende de esa actividad.