El impacto de este número reducido de potros de transferencia puede ser muy importante en el futuro de los programas de cruza en el país, porque el transplante embrionario permite que la yegua contribuya aspecto genético sin tener que cargar al potro hasta término. Las yeguas de edad avanzada, que siguen ovulando pero que físicamente son incapaces de parir su propio producto, siguen teniendo la oportunidad de crear potros, y las yeguas de concurso pueden producir potros mientras están trabajando. En conclusión, la transferencia embrionaria permitirá una evaluación inmediata de yeguas y sementales considerados como la base de ganado reproductor. La vida de un embrión equino de transferencia comienza de la misma manera que la de cualquier otro potro, con la cruza de un semental y una yegua seleccionada para el aporte genético. La fertilización del ovulo de la yegua con el semen del semental determina la configuración genética del producto, ya que la madre sustituta no contribuye en este aspecto. Dentro de los seis días posteriores a la ovulación y cruza, el huevo fertilizado o embrión, alcanza en donde, si no se le perturba, se desarrolla hasta su madurez. A diferencia de otras especies, en el caballo sólo el huevo fertilizado son atrapados en las trompas de falopio.