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Por ejemplo, la recolección e inseminación artificial se ha convertido en práctica de rutina de las industrias lecheras y de carne, pero ha sido adoptada en forma muy lenta, con reglamentos variables y reservados, por algunos de los registros de razas equinas. Y mientras que algunos de los registros más conservadores aún se rehúsan a aceptar la inseminación artificial, otro procedimiento, más recientes y aún más controversial, esta comenzando a ser adaptado por la industria lechera y de carne y refinado en varios centros de investigación de todo el mundo para abastecer las necesidades de los criadores equinos. El procedimiento, conocido como transferencias embrionarias o trasplante embrionario, consiste en remover el huevo fertilizado o embrión de la madre genética o yegua donadora y colocarlo en el tracto reproductor de una yegua suplente para que esta lleve consigo el potro hasta término. Desde hace varios años, esto se ha practicado en ganado vacuno, pero la transferencia embrionaria en equinos es muy reciente. En el año de 1972.