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Cuando nació el primer ejemplar pura sangre nativo en la República Dominicana, nadie se imaginó que la industria caballar en nuestro país se iba a convertir en la espina dorsal del hipismo criollo, ya que de no haber sido por la dedicación, valor, coraje y esfuerzos de una pléyades de hombres y mujeres que tuvieron fe en la crianza caballar, hoy en día nuestra hípica no existiera.
Fue en el año de 1948 que nació en la Estancia Ramfis el primer producto pura sangre de carrera nativo en el país, al que se le puso por nombre Española Hija; su padre lo fue “SOMBRA”, un sprinter américano, cuyo nombre original fue Signal
Flash, el cual siempre defendió los colores blanco y azul de la cuadra Haronid, de Ramfis Trujillo, convertido posteriormente en semental, la madre del primer producto de referencia, una yegua.