Con una población caballar que apenas supera las 300 unidades, la hípica dominicana necesita una inyección de equinos importados que se una a los cerca de 70 potros que han de debutar en el 2009 que recién comienza.

Roberto Payano presidente de la Federación Nacional de Dueños de Caballos de Carreras Inc. dijo que la hípica nacional tiene un gran reto por delante, la que debe convertirse en un catalizador entre los miembros de la institución que dirige, de tal forma que éstos retomen la confianza en las autoridades hípicas y decidan invertir en llenar el hipódromo del verdadero protagonista de este circo: El Caballo. Con una pista restaurada, mejores instalaciones, profesionalización de los entes que envuelven la hípica, la actividad está lista para florecer a partir de la fecha si se logran armonizar las partes con la frase preferida del actual incúmbete de la Comisión Hípica Nacional: Buena Voluntad.

Dijo que hay que destacar la incidencia del funcionario gubernamental Diandino Peña, quien ha interpuesto sus buenos oficios para mejorar el nivel de la hípica criolla, usando sus influencias para remover por completo la pista de carreras, con material nuevo y construir un espacio para pasear los caballos, como primera fase de una remodelación general que incluirá el remozamiento del camerino de los jinetes, la modernización del «Jockey Club» y otros cambios de gran relevancia dentro del espacio físico del hipódromo, ubicado en la margen oriental de la capital dominicana. En el orden económico, el último cuatrimestre en la hípica demostró que la fanaticada está ávida de espectáculos.

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Problemas

No todo fue felicidad en el 2008. Luego de una licitación ganada por la empresa Súper Resorts en noviembre del 2007, se crearon grandes expectativas acerca del futuro de la hípica, las que se fueron desvaneciendo cuando la citada empresa comenzó a administrar el hipódromo antes de tiempo, amparado en un «contrato-puente» que resultó un fiasco. A mediados del 2008 las apuestas fueron bajando vertiginosamente.