El dolor es una experiencia universal; casi todos los seres humanos lo hemos experimentado de un modo u otro. Todos estamos de acuerdo que es desagradable y por lo tanto buscamos como evitarlo o tratarlo. Cada año se gastan billones de dólares en medicina no controladas y controladas en el mundo para tratar un mal que nos aqueja.

¿Qué es el dolor? Es una experiencia desagradable sensorial y emocional, relacionada con un daño a un tejido real o imaginario, o descrito en dichos términos. Desde el punto de vista fisiológico constituye un mecanismo de defensa, un sistema de alarma que de no funcionar adecuadamente podría traer graves consecuencias. Actualmente los esfuerzos se dirigen a tratar el dolor desde el punto de vista sensorial o biomédico, no considerando su componente emocional. En las actividades científicas de dolor casi siempre se discute más el uso de drogas que actúan en las diferentes vías del dolor y apenas se mencionan su prevención y tratamiento a través del componente emocional. Y es en este último donde la hipnosis clínica juega un papel determinante, ya que la hipnosis ha demostrado en diversos estudios su eficacia en prevenir, disminuir o eliminar el dolor. No es que se use un método u otro, ya que el tratamiento convencional ha dado resultados excelentes, sino que se usen ambas alternativas combinadas y así nuestros pacientes tengan más opciones y, por tanto, más calidad de vida.

¿Qué es la hipnosis? Una de las definiciones más usadas es la de la Asociación de Psicología Americana, que establece que es un procedimiento en donde un especialista le sugiere a un cliente cambios en sus percepciones, sensaciones, emociones, pensamientos o conductas. De manera que el dolor, como una experiencia consciente, puede ser modificado, prevenido o tratado con la hipnosis.

Y no solamente en el dolor, esta técnica puede ser usada en cualquier enfermedad, ya que de una manera u otra las enfermedades producen malestar, tristeza, angustia, desesperanza. Aunque no cure la enfermedad muchas veces, la hipnosis ha mostrado ser eficaz en el manejo de estos síntomas.

Existen muchos tipos de dolor, pero en general, para mejor comprensión, lo dividimos en dolor fisiológico y dolor clínico. El fisiológico es considerado como un mecanismo de defensa necesario para el individuo, que nos alerta que un tejido está siendo lastimado; reaccionamos retirándonos del estímulo.

Las personas que tienen este mecanismo de dolor alterado pueden sufrir consecuencias catastróficas ya que no perciben que están siendo lastimados, como ocurre en pacientes con neuropatía diabética y ciertas enfermedades neurológicas.

En caso de dolor clínico agudo o crónico producido por una enfermedad, trauma o cirugía, el dolor ya no es un mecanismo de defensa y se convierte en una enfermedad que debe ser tratada.

El dolor agudo se relaciona generalmente con estrés y ansiedad mientras el dolor crónico está asociado con depresión. Hemos visto en la práctica clínica que el dolor crónico es el que más hace sufrir a los pacientes y es en este donde la hipnosis es de particular interés.