Hipólito, Danilo y Leonel deben aceptar el llamado de Abinader

Hipólito, Danilo y Leonel deben aceptar el llamado de Abinader

Teófilo Quico Tabar

Pienso que los tres ex presidentes: Hipólito Mejía, Danilo Medina y Leonel Fernández deben aceptar el llamado que les hizo Luis Abinader, para analizar la situación del país frente a lo que ocurre en Haití. Y lo expreso, aunque estoy consciente de que todo paso que lleve a cabo un político, puede analizarse desde varias vertientes, lo que podría conducir a dirigentes dentro de sus organizaciones a aprovechar este escenario para tratar de sacarle ventajas. Sin embargo, les recomiendo centrarse en el hecho de que vivimos un momento especial que toca a cada uno de los dominicanos y provoca un estado de preocupación nacional.

Hay momentos en los cuales hay que llevar a cabo acciones sin tomar en cuenta factores que no necesariamente son del pleno gusto de los actores. Y sin entrar en detalles, solo como referencia, muchos políticos de todos los niveles han asistido a funerales a cumplir con personas que por algunas razones no mantenían buenas relaciones. Pero hay situaciones que se colocan por encima de las conveniencias particulares. Y esta es una.

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Frente al caso especial con Haití, el Gobierno y el país han podido, no cómodamente, vadear la situación. Pero, para nadie es un secreto, que hay factores que no han permitido que se logre una posición que abarque a todos los sectores influyentes. Por lo tanto, como en la actualidad existen dos expresidentes que están en la oposición y otro que forma parte del mismo partido de Gobierno, es conveniente que se pueda propiciar una agenda específica de las fuerzas políticas mayoritarias y que por vía de ellos se puedan incorporar otros sectores importantes. Todo esto para que la nación dominicana tenga una línea clara, definida y compartida frente a la situación haitiana.

Esto, aunque se haga difícil desde el punto político partidario, ya que estamos frente a un proceso electoral todavía lejano, pero que los mismos actores políticos lo abrieron de manera inoportuna, amerita una gran dosis de sentimiento cívico y de prudencia. Por eso sería conveniente establecer puntos de coincidencias entre los principales dirigentes y que las acciones vayan acordes con esos acuerdos. Que durante el desarrollo de los acontecimientos, todos los actores compartan y se comprometan con los acuerdos básicos o fundamentales.

Por cuestión generacional y coincidencias ideológicas juveniles, he mantenido una amistad sostenida y de fraternidad con Hipólito Mejía desde la década del 60, aunque no nos veamos con frecuencia. A Leonel Fernández lo conocí cuando visitaba mi casa antes de ser presidente, aunque debo expresar que durante su estadía en el palacio me invitó a un par de almuerzos para escuchar mis opiniones en muchas ocasiones adversas. Con Danilo Medina nos hemos saludado en actos públicos y en alguna ocasión en la Catedral. En una de esas ocasiones le dije que si quería ser presidente debía abandonar el cargo público. A Luis Abinader lo conozco a través de mi viejo amigo José Rafael Abinader, por eso veo al actual presidente como una continuación de esa amistad.

Esta petición no es solo mía, sino de una generación que espera vivir los pocos años de vida que nos quedan con un país civilizado, tranquilo e institucionalizado. Donde los líderes sean capaces de ponerse de acuerdo en aspectos que competen y preocupan a todos.

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