POR MANUEL JIMÉNEZ
El presidente Hipólito Mejía citó anoche a los altos precios del petróleo y la crisis bancaria como los factores que le impidieron gobernar en mejores condiciones y que se marcha con la conciencia tranquila, pues hizo todo lo que tuvo a su alcance para encarar los retos sin precedentes que se les presentaron.

En un discurso de rendición de cuentas antes de traspasar el gobierno el lunes al presidente electo Leonel Fernández, Mejía justificó su administración en el caso de la  crisis bancaria, así como las compras de las compañías de electricidad Edenorte y Edesur.

“Me hubiese gustado gobernar el país con un precio del petróleo a US$14 dólares, pero me ha tocado hacerlo con precios que van desde los US$30 hasta los US$45”, dijo.

“Me hubiese gustado gobernar el país durante un período en el cual nuestra economía no hubiese sido sacudida por la quiebra de tres importantes bancos privados, producto de violaciones claras a las normas y leyes bancarias”, dijo Mejía.

Desde el salón de Las Cariátides en la tercera planta del Palacio Nacional, Mejía dijo que esa crisis bancaria costó al país RD$107,000 millones, según la última evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si esa crisis no se hubiese presentado, dijo, el país habría evitado que de la noche a la mañana la deuda pública subiese en 15% del Producto Bruto Interno (PBI).

Mejía dijo que “es estando en el gobierno cuando se acepta y reconoce, con humildad, que hay cosas que controlamos y cosas que están fuera de nuestro control”.

Pero dijo que “lo que sí estaba bajo el control de todos los gobiernos que ha tenido el país desde 1991, era la capacidad de mejorar la supervisión bancaria, pero el esfuerzo que realizaron todos esos gobiernos, incluyendo el nuestro, no fue suficiente” y que por eso ninguno pudo detectar a tiempo los problemas bancarios.

Sin embargo, dijo que las autoridades actuaron al detectar el problema “a pesar de las relaciones de amistad con los banqueros responsables de la crisis.”

Señaló que en este caso, su gobierno “asumió su deber con valentía y los organismos correspondientes procedieron judicialmente contra los que violaron las leyes”.

Afirmó que la situación de los bancos fue catalogada de “fraude” por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, los gobiernos europeos, el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) y los técnicos latinoamericanos.

El mandatario justificó también la decisión del gobierno de adquirir las acciones de la empresa española Unión Fenosa en las compañías de distribución Edenorte y Edesur.

Dijo que en este caso actuó “con responsabilidad y decisión”, aunque la medida fue “riesgosa y controversial”. Destacó que la decisión se tomó “ante el colapso inminente de Edenorte que solicitaba RD$3,600 millones al gobierno como nuevo aporte de capitalización, similar al de RD$4,500 millones que solicita Edeeste, una empresa que “ha colapsado y es la principal responsable de la crisis que vivimos en el suministro de electricidad”.

Dijo que estas decisiones las tuvo que tomar debido a la insostenibilidad financiera que ha provocado el modelo eléctrico que heredó y que calificó de “desintegrado y combinado con una capitalización en manos privadas y sin voz estatal.”

Mejía dijo que corresponde al nuevo gobierno decidir si insiste con “el modelo que creó en 1999 o si lo modifica como manda el sentido común”.

Calificó, asimismo, de “dolorosa” la medida de aumentar en 49% la tarifa de electricidad en marzo pasado, tan solo faltando dos meses y medio para las elecciones presidenciales.

“Y mi pueblo sufrió y la gente se resintió, y el 16 de mayo pasado, una mayoría testimonió bajo el lema es pa’ fuera que van”, dijo Mejía.

Pero garantizó que no se cruzará de brazos, pues entiende que las nuevas autoridades necesitan una oposición constructiva y que se colabore con ellas.