La Organización Mundial de la Salud estima que el 10% de la población dominicana tiene alguna discapacidad, o sea un millón de personas, si tomamos en cuenta que somos 10 millones de habitantes.

Además, se calcula que esta situación afecta directa o indirectamente a más de un millón de personas más, debido a que la discapacidad adquirida por una persona termina afectando económica y psicológicamente a la red familiar completa o una parte de ella.

La discapacidad tiende a ser más alta en nuestro país que en cualquiera nación desarrollada por las carencias de prevención de las mismas, y éstas se ubican mayormente, en la marginalidad tanto urbana como rural. Además, sin lugar a dudas, se trata de una problemática que amerita la intervención del Estado y la sociedad en su conjunto por las implicaciones económicas y sociales que conlleva.

Las principales causas que provocan discapacidad en nuestro país son: la pobre atención del embarazo, mala nutrición, hambre, pobreza, hacinamiento, accidentes de transporte, especialmente en motocicletas, accidentes laborales, violencia social y desastres naturales.

 Asimismo, los principales tipos de discapacidad son: físico-motora, visual, auditiva y mental.

Un estudio auspiciado por el Consejo de Población y Familia en el 2003 mostró que el 5.3% de este grupo no tenía ningún grado de escolaridad, 36.8% cursaba o cursó la educación primaria, otros 36.8% la secundaria y el 21.1% el nivel universitario. Sin embargo, tratándose de que la muestra fue tomada solamente en los discapacitados que se encontraban laborando, se puede intuir que esa situación puede ser peor si se investiga la población general de discapacitados. Es penoso recordar que el Sistema Educativo nuestro se halla concentrado básicamente en un nivel primario en la educación.

Debemos tener presente también, que durante el gobierno del Presidente Hipólito Mejía fue que se creó el Consejo Nacional de Discapacidad     –CONADIS- como órgano Rector de políticas gubernamentales a favor del sector, así como la atención especial desde las más altas instancias del gobierno, desatancándose el papel determinante que ejerció el Presidente Mejía así como la Vice presidente Ortiz Bosch.

En esta ocasión, Hipólito Mejía se ha comprometido, de llegar a la presidencia del país, a ampliar progresivamente la formación educativa de éstos, incluyendo la formación técnica-laboral con la finalidad de que tengan acceso a empleos de primera categoría. Asimismo, se promocionará la política estatal de apoyo al empleo público y promoción del empleo privado.

Hipólito Mejía tiene un compromiso de que los discapacitados deben ingresar automáticamente al régimen de seguridad social a través del Seguro Nacional de Salud, además de ofrecerles asistencia alimentaria y económica a aquellos que no estén en capacidad de producir. Obviamente, al estar asegurados, tendrán el acceso a los medicamentos del Plan Básico de Salud, y se les suministraran los equipos necesarios tales como: sillas de ruedas, muletas, andadores, bastones, prótesis, aparatos auditivos, lentes, entre otros.

Por otro lado, desarrollará un sistema eficiente para el diagnóstico y valoración de las discapacidades que a su vez sería la base para una eficiente política de Asistencia Social dentro de la Seguridad Social.

El compromiso de asistencia educativa, económica, alimentaria y de salud para brindar adecuadamente los servicios a los discapacitados será el inicio de devolverle al sector las esperanzas perdidas que por derecho y  por ley le corresponden.

Hipólito Mejía ha hablado muy claro en múltiples ocasiones, de que irá al gobierno a desarrollar la democracia social que necesitan los dominicanos y dominicanas, y ha hecho énfasis en invertir más en educación, salud, vivienda y producción nacional, con prioridad en la producción de alimentos. Es así como el país se enrumbará hacia el desarrollo definitivo.