Hipólito podría volver

Hipólito podría volver

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
A pesar de que del 2000 al 2004 padecimos el más corrupto gobierno de toda nuestra historia, Hipólito Mejía, la persona que presidiera ese gobierno y permitiera … todo lo que permitió impunemente, este país, este infeliz país, podría verlo de regreso en el Palacio Nacional en el 2008, si la Constitución no lo prohibiera.

Antes de entrar en materia, debo hacer una advertencia que ya he hecho en otras ocasiones. Hipólito Mejía es fundamentalmente un hombre bueno, aunque como estadista fue fundamentalmente malo. Probadas ambas cosas.

Entonces, si la cosa es así, ¿por qué yo pienso que podríamos verlo otra vez, a él y a su «entorno», en el Palacio Nacional, dentro de poco más de tres años?

Sencillamente, porque el actual Gobierno, en el que más de un millón de dominicanos puso su esperanza de un futuro mejor, nos ha decepcionado. Al menos, hasta el momento.

Nosotros lo creemos así por las siguientes razones:

– Los apagones están «encendiendo» los ánimos del pueblo;

– Los aumentos en la tarifa eléctrica nos están llevando a pensar que nadie está pensando en la estabilidad social, política y económica del pueblo;

– Los aumentos constantes en los precios de los combustibles están a punto de convertirnos en un pueblo de «peatones aullantes» y desesperados;

– Los constantes viajes al extranjero del presidente Leonel Fernández nos están costando «un ojo de la cara» y no estamos viendo los beneficios de dichos viajes, sino todo lo contrario;

– Los partidos políticos no son tales, sino agencias de empleos y, en el peor de los casos, «fábricas de botellas carísimas»;

– La situación económica del país, dígase lo que se diga, ha producido la quiebra de numerosas empresas y solamente el 14 de junio en curso la prensa anunciaba el cierre de 12 establecimientos comerciales solo en Santiago, debido al «alza en los costos»;

– Cada día hay más desempleados;

– Cada día hay más delincuencia, más asesinatos, más asaltos, etc.

– Los hospitales son «almacenes de enfermos» y no centros de salud, porque carecen de todo;

– Seguimos endeudándonos a todos los niveles. El último préstamo, anunciado con bombos y platillos por el Gobierno, es de US$400.0 millones;

– Tenemos magníficas leyes… pero no se aplican;

– «Gozamos» de jueces, fiscales, fiscales adjuntos, etc. tan lentos en la ajustada aplicación de las leyes que… cualquiera no espera;

– La invasión del territorio nacional por infelices haitianos a los que se los está llevando el diablo, y aún así quieren que vuelva Aristide, enemigo declarado de los dominicanos;

– La vulnerabilidad de nuestra frontera con un territorio que, a juicio del representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, dista mucho de ser una nación;

– La impunidad con la que se mueven miembros del anterior gobierno que se alzaron con fortunas multimillonarias, sin que ninguna autoridad judicial competente haya hecho algo para que justifiquen esas fortunas;

– La forma en que la justicia ha manejado casos sonados de asesinatos, como el del senador Darío Gómez, del que no se sabe quienes fueron los «culpables intelectuales»;

– La traición a la patria que significa que los dueños de la industria de la construcción y de nuestras fincas agrícolas y ganaderas contraten mano de obra extranjera e ilegal, para pagar menos salarios, en vez de utilizar la mano de obra dominicana, que permanece ociosa… y pensando; – –La proliferación de puntos de drogas en todo el país, dirigidos por «dominican yorks» deportados de «los países,» después de haberse «graduado Suma Cum Laude» en esos «asuntos»;

– El robo constante de las zonas verdes, sin que ninguna autoridad haga nada para impedirlo; – El hecho de que en el «caso Quirino» «no son todos los que están, ni están todos los que son»;

– El silencio que se ha caído sobre los acontecimientos acaecidos en la casa albergue de Higüey;

– El programa de televisión en el que el Presidente de la República se reúne con diferentes funcionarios de su gobierno para tratar los temas que él, y solamente él, cree importantes, eliminando así la oportunidad de los periodistas de entrevistarlo en el Palacio Nacional;

– La desgraciada idea de construir un «metro» en esta capital, que ha llenado de espanto a mucha gente que sabe de qué se trata el «asunto»;

– El hecho de que legisladores y diversos funcionarios hayan vendido exoneraciones de carros lujosos, antes de cumplirse el plazo que acuerda la ley para ello;

– Las denuncias hechas valientemente por el senador Tonty Rutinel, denuncias a las que la justicia ha hecho caso omiso;

– Y, finalmente, deberían publicarse en toda la prensa nacional cuáles ex-funcionarios se hicieron millonarios en cuatro años, si pagaron los impuestos por esas fortunas mal habidas y si siguen sin pagarlos;

– Pero, perdón, también están las auditorías entregadas por la Cámara de Cuentas a Danilo Medina y de las que el pueblo no conoce nada, más el montón de «proyectos» de auditorías que dicha Cámara dice tener. Y agregando a esto la construcción del «inviable» aeropuerto de La Isabela y quien fue el responsable de esa «cosa» donde solo «aterrizan» garzas. Y s agregamos los sueldos de miseria que ganan médicos, maestros, policías y guardias, no hay que dudar que el panorama es negro como alas de cuervo.

Además, teniendo en cuenta que el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) aparentemente ha dejado de ser una fuerza política de importancia, y que el PRD, a pesar de todo, sigue siendo un partido fuerte, aunque sea «a papeletazo limpio», como dijera un conocido comentarista de televisión, entonces no es inconcebible que si Hipólito Mejía se «candidatea» en el 2008, cosa que sería un craso e histórico error, ganaría «de calle». Porque, ¿ cuál sería su oponente peledeísta si las cosas siguen como van, o sea, perdiendo el partido gobernante cada vez más credibilidad ? Entonces, amigos lectores, en manos está del Congreso Nacional impedir un paso tan regresivo como el de ver al ex presidente aspirando de nuevo a un lugar que jamás debió de haber ocupado.

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