Hipólito, PRSC y la nación

Hipólito, PRSC y la nación

El triunfo de Hipólito trasmite varias lecciones. Al  PRSC le demuestra cuan factible es resurgir de la sima a la cima mediante posicionamientos adecuados y trabajo efectivo. Transmiten advertencias a la nación y al Gobierno.

La enorme, entusiasta y exigente concurrencia a las  primarias PRDistas puede interpretarse como otro de los tantos mensajes subliminales de rechazo al Gobierno, como está percibiendo y encarando la realidad nacional; y a la cada vez más remota exposición del Presidente Fernández a una nueva contienda electoral. Demostraron cuán deseosa está la ciudadanía de un cambio de políticas públicas.

Da una lección al PRSC de cómo en menos de un año pueden multiplicarse hasta por más diez las preferencias electorales, bastando para ello presentarse como opción con ganas y garras para gobernar  por sí mismo y laborar continua y perseverantemente, sin vahídos alardeosos: denunciando problemas nacionales asociados a necesidades sentidas de la población, planteando soluciones y emprendiendo proselitismos caracterizados por apertura y ampliación en la conquista de nuevos e impolutos líderes en lugar de los reciclajes espumosos de caras polutas que autoengañan dirigentes con intenciones de engañar ciudadanos

Hipólito Mejía tiene ahora enormes desafíos, algunos de interés a su candidatura; otros de interés nacional. Sobre su candidatura pende la reunificación del PRD, sostener entusiasmo al millón de sufragantes en las primarias faltando 14 meses para las elecciones e incrementarlos, puesto que ellos apenas constituyen un 20% de los 5 millones que seleccionarán al próximo Presidente de la República.

Pero lo que el 80% de los potenciales electores  reclaman son señales de cómo encarará  problemas nacionales, déficits y desequilibrios, que heredaría del presente Gobierno, cuya  doctrina socializante traducen ejecutorias estatizantes similares a las evidenciadas en el Gobierno 2000-2004. Y cómo, siendo candidato de un partido grande y exigente, responderá a reclamos burocráticos que mantendrían  tentaciones deficitarias y exigencias crediticias que agudizarán el conflicto por el componente social del inevitable  desplazamiento de privilegios y canonjías vigentes.

En este contexto, el PRSC, por su menor exigencia burocrática derivada de su dimensionamiento, convicciones doctrinarias y trayectoria pasada, tendría la llave para encarar estos conflictos, déficits y problemas: propugnando disciplina fiscal, ahorro interno y menos endeudamiento. Y apoyo a  sectores productivos para satisfacer necesidades y combatir pobreza mediante puestos de trabajo generados por una economía privada alentada por infraestructura pública prestadora de servicios, en lugar de costosos y privilegiados subsidios “empresariales” y sociales inhibidores del emprendimiento.

Para ello, el propio PRSC y otras instancias responsables de la nación, interrelacionadamente, deben convencerse y convencer sobre sus respectivas aportaciones y posibilidades con miras a fortalecer nuestra democracia.

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